viernes, 9 de noviembre de 2018

Tregua


















Salimos a buscar
el final del verano
pero hacía media estación 
que se había ido. 
Aún así encontramos 
dos docenas de flores de bunganvillas
revoloteando a ras de suelo
como una procesión de sueños fugaces.
Fuimos felices,
a eso habíamos venido,
¿no es cierto?
Esninfamos un tiempo
de peces
que dan bocanadas en el aire
con la boca agónicamente abierta
antes de volver
a la cotidianidad
-esa piedra-
de los días
que se suceden
tan iguales.

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