martes, 19 de marzo de 2019

TIERRA
Los paisajes que me apaciguan
Los podría dibujar un niño de pocos años,
Pues tienen solo una caseta,
Un pozo,
Un árbol -a lo sumo dos-, 
Un camino de tierra,
Un cielo azul,
Una nube,
Silencio.
Los paisajes que me serenan,
Son aquellos a los que acudo una y otra vez
Y muchas veces
Familiarmente.
Los paisajes que me calman
Son aquellos que me devuelven a la infancia
Y sus apegos.
En ellos me mimetizo cuando los recorro
Como se recorre un cuerpo amado.
De ellos me llevo -allá dónde voy-
Un minúsculo pedazo
Para que me apacigüe, serene, calme,
Cada vez que me pierdo por intrincados laberintos
Y no sé cuál es el siguiente paso que tengo que dar,
O tengo miedos.
De ellos vengo hoy.
A ellos volveré para quedarme cuando solo sea Silencio
-Inapreciable
Parte del paisaje, caseta, pozo, árbol, camino, cielo, nube-.

domingo, 10 de marzo de 2019


Mi padre


Mi padre
que estaba en la cama cuando llegué anoche
    me llenó de besos,
    Me dijo te mereces esto y más
    Y a mí me pareció inmenso
    Lo mejor que me había pasado en muchos días.
    Mi madre, sentada a la mesa camilla,
   Simplemente miraba.

   Mi padre me enseñó que escuchar historias
   Es disfrutar del deleite de lo que queda por contar
   Mientras se está contando.

   También a no fingir,
   El valor de lo auténtico,
   “Aquí, hija, en el pueblo nos conocemos todos”.

   Y él resulta que era un humilde pastor de ovejas
   Hijo de una mujer de negro y un padre represaliado.

   Muchas veces me pregunto
   Si hay algo más sacrificado
   Que dormir a la intemperie hasta entrado diciembre 
   Entre un sonido de cencerras
   Y el silencio propio.

   También  
   Si hay algo más sabio que distinguir entre la cuscuta y la alfalfa,
   Que es lo mismo que apreciar la diferencia entre un hombre aprovechado y otro noble. 

   Mi padre me enseño otras cosas
   Pero todas tienen que ver con lo mismo:
   La dignidad, la fuerza, el tesón,
   Cosas que se consiguen si se está realmente a ellas.

   Hoy paseo con él mientras el sol de mediodía nos da en la cara, 
   Y me siento orgullosa de mi padre.
   "¿No vamos muy despacio?" pregunta,
   "No no", respondo. "Vamos a nuestro ritmo". 

Y pienso, cuando voy a escribir de esto si no es mientras está pasando. 

(Fotografía de José Camó con las manos de mi padre sosteniendo el reloj del suyo).