Primer poema.
El amor ha destrozado este alma mía,
soñándote en unas manos que
jamás pude alcanzar.
Manos purísimas,
sutilísimas manos
que en la noche tiemblan
queriendo abarcar el infinito.
¿Dije amor?
Sí,
hubo un tiempo
que creí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario