domingo, 21 de junio de 2020

Mirando el futuro







Repaso las fotos hechas en el móvil durante el estado de alarma y todas ellas me dejaron un poso, una sensación muy concreta del momento en que fueron sacadas. "Detrás de cada imagen hay siempre una historia", me decían hace unos días, y es verdad. El sentimiento general que me devuelven esas imágenes es de recogimiento, de alerta, de preocupación y, me cuesta decirlo, pero también de miedo, de mucho miedo, de miedo con mayúsculas, a veces con picos más altos, siempre prolongado en la sucesión de días.
El final del invierno y la primavera se la llevó el virus y nos dejó un enjambre de paranoias, aislamiento, temores..., que estoy segura que irán saliendo poco a poco, como no puede ser de otra manera. La muerte este año se está cebando (por la Covid-19 pero también por enfermedad) con familiares, amistades, amistades de amistades, conocidos, pacientes.... demostrando así su omnipotencia.
Empieza, parece, una nueva etapa que coincide con el verano y la posibilidad de retornar con precauciones a los lugares de apego. A pesar de que el futuro es incierto, me siento relativamente contenta de seguir en el camino, de sumar, de tener más interiorizado que somos tan vulnerables, mortales y efímeros como una gota de lluvia en el universo, algo para lo que la sociedad nos tendría que preparar, pero la sociedad no sabe más que de maquillajes, afeites, disimulos y vendas en los ojos.
Buen verano.
(Fotograma de la peli Cold War vista el 14 de marzo del año de la pandemia).

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