domingo, 10 de marzo de 2019


Mi padre


Mi padre
que estaba en la cama cuando llegué anoche
    me llenó de besos,
    Me dijo te mereces esto y más
    Y a mí me pareció inmenso
    Lo mejor que me había pasado en muchos días.
    Mi madre, sentada a la mesa camilla,
   Simplemente miraba.

   Mi padre me enseñó que escuchar historias
   Es disfrutar del deleite de lo que queda por contar
   Mientras se está contando.

   También a no fingir,
   El valor de lo auténtico,
   “Aquí, hija, en el pueblo nos conocemos todos”.

   Y él resulta que era un humilde pastor de ovejas
   Hijo de una mujer de negro y un padre represaliado.

   Muchas veces me pregunto
   Si hay algo más sacrificado
   Que dormir a la intemperie hasta entrado diciembre 
   Entre un sonido de cencerras
   Y el silencio propio.

   También  
   Si hay algo más sabio que distinguir entre la cuscuta y la alfalfa,
   Que es lo mismo que apreciar la diferencia entre un hombre aprovechado y otro noble. 

   Mi padre me enseño otras cosas
   Pero todas tienen que ver con lo mismo:
   La dignidad, la fuerza, el tesón,
   Cosas que se consiguen si se está realmente a ellas.

   Hoy paseo con él mientras el sol de mediodía nos da en la cara, 
   Y me siento orgullosa de mi padre.
   "¿No vamos muy despacio?" pregunta,
   "No no", respondo. "Vamos a nuestro ritmo". 

Y pienso, cuando voy a escribir de esto si no es mientras está pasando. 

(Fotografía de José Camó con las manos de mi padre sosteniendo el reloj del suyo).


4 comentarios:

  1. Manos que acarician, manos que entregan, manos que significan trato hecho, trabajo, experiencia... Vida noble. Una suerte poder pasear con tu
    padre y poder poner palabras a esas vivencias...

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    1. Manos que sujetan la vida mientras la vida sigue. Gracias, Margarita, pese a lo duro que es ver envejecer a tu padre, y dijo "envejecer" en todo su sentido, hay momentos muy hermosos que es de justicia apreciar, por los que no están, por los que se fueron antes, por los que son mucho más jóvenes y la vida castiga sin piedad. Me encanta ese trato hecho, ojalá hubiera más gente de trato hecho hoy con un apretón de manos hoy día.

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  2. Sol de mediodía en la cara. Así debían de haberte llamado.

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