lunes, 4 de enero de 2016



Tréboles, tréboles






Tréboles para el año que termina y que empezó con palabras escritas en la arena pidiendo paz, pan, salud, esas cosas; tréboles para las cartas de amor que no llevan matasellos, tréboles para las exposiciones de arte en salas silenciosas y blancas, tréboles para los brazos que abrazan el pan, tréboles para las hojas-corazón que se mimetizan con la tapia gris y la humanizan, tréboles para la Memoria, tréboles para las habitaciones de hotel nunca habitadas, tréboles para las palabras que no se desgastan por mucho que se digan, tréboles para los puentes y las catenarias y el rizo de la ola, tréboles para las palabras escritas en paredes desconchadas de los arrabales pidiendo justicia, tréboles para las vías muertas del tren, tréboles para la escultura de la mujer vendimiadora que, cansada de trabajar, levanta la vista al frente de un azul inmenso, y ésa otra con el niño en brazos que representa a la maternidad con Mayúsculas, tréboles para los certificados de defunción de muertes no naturales que por fin salieron de los Registros Civiles, tréboles para las ventanas destartaladas de pequeñas ciudades de provincia, tréboles para la ropa tendida, tréboles para el olor amarillo de las mimosas, tréboles para las sonrisas, tréboles para las vidrieras de las catedrales y los sueños pendientes de ser soñados, tréboles para la luz del membrillo, tréboles para los viejos semanarios y las nuevas revistas poéticas, tréboles, más tréboles, para la Memoria, tréboles para los abrazos, tréboles para las hojas secas y, sin valor añadido, del otoño, tréboles para los adoquines desgastados, tréboles para los dedos que se tocan, tréboles para el escaramujo, tréboles para el mundo virtual que nos acerca, tréboles para paseos fotográficos con niebla, tréboles para la paz de los cementerios y sus ángeles blancos, y esos otros, caídos o negros, tréboles para navajas en manos que parten y bien reparten, tréboles para la amistad, tréboles para los caballos del tiovivo que evocan paraísos perdidos de la infancia, tréboles para la Puerta del Sol otro año después…., tréboles, tréboles… para el año que comienza.

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