domingo, 31 de enero de 2016

Hilvano palabras











La palabra perdón, dijo el poeta, está hecha para ser pronunciada hacia aquellos que mataron un amanecer lluvioso de un tiro en la nuca.

La palabra lluvia está hecha para dibujar los contornos de las lágrimas de aquellos que esperaron con fervor la reparación tanto tiempo negada.

La palabra fervor está hecha cuando uno comprendió que lo que tenía que hacer era levantarse, luego andar.    

La palabra comprensión es una palabra grande que contiene en sí misma sentimientos tales como amor, empatía, solidaridad, y que por eso debería escribirse, creo yo, como un nombre propio, con mayúsculas.

La palabra pan, en cambio, parece poca cosa, pero al estar hecha para quitar el hambre esencial de cada día, debería escribirse también con mayúsculas. Así diríamos “Los besos en el Pan”.

La palabra beso está hecha con la suma de todos los deseos.

La palabra deseo está hecha para aquellos que enredan sus yemas y miradas y bocas en cualquier esquina que, silenciosa, atesora sus susurros.

La palabra silencio está hecha de todas las posibilidades, como un nonato en el útero materno.   

La palabra madre la conforman todos los arrullos azules que nos procuraron. En la palabra madre está contenida, claro está, la palabra mar.

Y el mar... El mar está hecho para ser sentido como un soplo de aire fresco en las costuras de la arena donde poetas locos escriben efímeros versos que hablan de nubes, de alpendes, de paraísos perdidos, y hasta de sapitos. 

Podría seguir con palabras distintas a perdón, a lluvia, a fervor, a comprensión, a pan, a beso, a deseo, a silencio o posibilidad, a madre o mar, a paraísos perdidos, a sapitos, y tal vez lo haga, tal vez siga en otro momento, hilvanando... las palabras. 


(Foto cedida por Carmen Ruiz Mesa).


















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