domingo, 8 de febrero de 2015





A VUELTAS CON EL PAIS DE LAS MARAVILLAS







    -Pero yo..., yo quiero ser real, quiero descender realmente a la madriguera y encontrarme de verdad con el conejo blanco y la duquesa y la liebre de marzo y el sombrerero y el gato de Cheshire y el lirón... -Alicia lloraba desconsoladamente apoyada en el tintero de la mesa de su creador.


    Lewis Carroll se quedó callado. No sabía como explicarle que durante el tiempo que tardó en escribir su obra, ella y el resto de personajes habían sido mucho más reales que todo cuanto les rodeaba.


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